jueves, 31 de mayo de 2012

MOSCÚ!! (Primera Parte)

Cada vez que hago un viaje me digo a mí mismo "cuando llegue a casa tengo que hacer la crónica en el blog" y luego nunca la hago. 
Voy a aprovechar que (por increíble que parezca) tengo jet-lag y eso hace que mi vida tengo menos sentido de lo habitual, para empezar a relataros mi viaje casi relámpago a Moscú invitado por @Bercode para celebrar nuestros cumpleaños y vernos y ver rusos.
Que es un motivo tan bueno como cualquier otro para recorrer 6000 kilómetros en 4 días.

Así que allá va:

MOSCÚ!!!
El vuelo del infierno

Aunque lo de viajar en avión no es algo nuevo para mí, Bercode me hizo un curso intensivo la noche del viernes para prepararme y explicarme paso por paso todo lo que tendría que hacer. Sobretodo porque, una vez en  el areopuerto de Domodedovo la cosa se ponía interesante.
La cosa es que yo salía de Barcelona a las 11:40, llegaba a Madrid a las 13:00 y allí tenía una hora y media de escala hasta coger el vuelo directo  Moscú a las 14:30.
Pero gracias a Iberia lo que tenía que ser un trámite sin más se convirtió en una odisea.
Porque a la hora que teníamos que estar despegando, estábamos embarcando. Le pregunté a la sobrecargo si teníamos previsión de a qué hora llegábamos a Madrid y me dijo de forma educada que no tenían ni idea, le comenté lo del vuelo a Moscú a las 14:30 y me dijo que luego me decía algo.
El avión, por supuesto, no despegó hasta pasadas las 12:00. Parados en la pista el comandante explicó que el vuelo había llegado con retraso porque habían tenido que esperar en Madrid a los pasajeros de un vuelo intercontinental que llegaba tarde.
Además había unas maletas facturadas sin pasajeros en el avión y habían tenido que esperar para retirarlas por motivos de seguridad.

Y había previsión de niebla en Barcelona y eso había retrasado el aterrizaje.

Y que aunque habían hecho el embarque lo más rápido posible, ahora estábamos parados en pista porque un avión que acababa de despegar se había chocado con unos pájaros y estaban retirando "los restos".

Vamos, que no llegaba a Madrid ni de coña. A mí ya me estaban entrando los sudores  pensando que lo mejor que podía hacer era bajarme del avión, irme a casa y decirle a Bercode que gracias por intentarlo pero que era evidente que yo no estaba destinado a ir a Moscú.

El vuelo a Madrid fue más rápido de lo que esperábamos (lo que confirma que lo de tardar la hora y veinte habitual es una patraña) y antes de aterrizar la sobrecargo vino y me explicó que no sabía en qué puerta tenía que embarcar hacia Moscú pero que tenía que irme a la terminal satélite. Cogiendo un tren.
Al oír eso mis cejas se levantaron hasta niveles estratosféricos. Además en Barcelona no me habían dado la tarjeta de embarque para el siguiente vuelo y si cogía otro vuelo más tarde no estaba seguro de que pudiera entrar en Rusia porque mi visado estaba fechado para el 26 (luego me enteré de que en realidad eso da igual). 
Ella me miró y me dijo "SUERTE". 

Total que aterrizamos y, efectivamente, estaba en la parte de atrás del avión y tardé la vida entera en salir del aparato. Salí corriendo como una madre leyendo los letreros con indicaciones de refilón y llegué al tren de intercambio de milagro (a esa velocidad de lectura podía haber terminado en la puerta del chalet de Belén Esteban como el que no quiere la cosa). Y luego corrí como un loco hasta un mostrador de información de la terminal satélite en la que un chico muy simpático estaba atendiendo a un travesti random. LITERAL.
El chico me dijo que estuviera tranquilo, que tenía tiempo y que el vuelo a Moscú estaba embarcando. 
Eran las 14:25.

Llegué a la puerta de embarque casi sin respiración y allí la chica me dijo que entrara sin tarjeta de embarque que ya me sentarían en algún sitio. Le pregunté por mi maleta, que dudaba yo que hubiera corrido tanto como yo, y su  gesto indiferente (acompañado por una mano tranquilizadora) me hizo entender que no me preocupara.

Total, que embarqué. Y allí me llevé la primera sorpresa al comprobar que las azafatas y azafatos rusos van justitos de inglés. Y eso ya es un indicador: si en el avión no hablan inglés ya verás en la ciudad.

Al final tuve "suerte" y me senté solito en la última fila. Además los asientos eran más espaciosos de lo habitual y fui bastante cómodo las 5 horas de vuelo. Leí un poco de una novela que compré en el Prat, comí un estofado rarísimo que nos sirvieron, dormí un poco, adelanté el reloj las 2 horas pertinentes y entonces llegamos a Domodedovo. 

Ni Arguiñano, señora.


¡DOMODEDOVOROLOTROLOROTROLORO!

Por suerte para mí, en Domodedovo desembarcamos en pista así que pude salir por la puerta de atrás. Autobús a la terminal y luego control de pasaportes. Yo iba cagado porque como todo el mundo me había dicho que eran súper estrictos con los visados y estaba claro que ése no estaba siendo mi día me imaginaba que habría algo más y acabaría en una celda en Siberia.
En realidad el sentimiento de que iba a acabar en una celda siberiana fue algo constante durante todo el viaje.

Paso el control de pasaportes sin decir ni mú porque intenté explicar algo en inglés pero la de la frontera me miró con cara de "No me rayes" (que es una expresión constante en la cara de los moscovitas) y me fui a esperar el equipaje. Y después de muchos empujones y mucha histeria por parte de unas gentes extrañas que venían de otro vuelo de no recuerdo dónde, llegó ese precioso momento en el que te das cuenta de que tu maleta no está. 
Me acerqué a una chica con walkie-talkie que se dedicaba a sacar las maletas que nadie había ido a recoger y creo que me dijo que me esperara. Me acompañó a una salita en la que otra rusa random (que sí hablaba inglés) me tomó los datos, le expliqué lo que había pasado con el vuelo BCN-MAD y comprobó cuatro cosas en un ordenador para decirme que mi maleta iba a embarcar en el vuelo que llegaba a las 7:00 de la mañana.
Momento absurdo: se acerca la que debía ser su jefa para preguntarle si yo hablo español. Le digo que sí. Me pide si puedo ir a hablar con una persona que habla español pero no habla ni inglés ni ruso. Yo voy y me dan un teléfono y me pongo a traducirle a una persona indeterminada que su maleta ya ha llegado al aeropuerto y que me confirme la dirección del hotel en el que está para que se la mande. Al colombiano (creo que era colombiano) y a mí nos da la risa por lo absurdo de la situación. Y después de muchas gracias, muchos thank yous y muchas pasivas, vuelvo a la mesa con mi rusa-random que me da un papelito y me dice que llame al día siguiente para decir si voy a buscar yo la maleta o si prefiero que me la manden al hotel, que eso podía tardar uno o dos días.
Me acompaña a la salida, donde una militar o lo que sea con galones me sella un papel y ¡por fin! (dos horas después de aterrizar) salgo a la terminal.

Y allí me encuentro a Bercode, que me está esperando con un cartel en el que pone "SRTA. PASTORA SOLER". Le doy el abrazo más grande que he dado nunca y nos vamos directos casi sin tiempo para hablar al Aeroexpress que nos lleva directos a la ciudad. Que si no espabilamos perdemos el último.

Domodedovo un poco borruso.



NOS VAN A MATAR
Pasamos por un sitio de estos de cambio de divisas y le doy a la mujer todo el dinero que llevo encima para que me dé rublos. Me da una cantidad de billetes y monedas que parece que acabe de asaltar el tren del dinero. Cruzamos la terminal (no sin antes pararnos un momento porque de repente Bercode -que lleva tanto tiempo esperando- ya no se acuerdo de por dónde ha entrado) y llegamos a la estación del Aeroexpress. Vamos a la máquina y un taxista ilegal se nos acerca y Bercode le dice algo en ruso y el otro se pira. Saca su billete, le da a unos botones y me dice "Mete tres con cincuenta" y yo preparo un billete de diez. Y Bercode me mira y repita "tres con cincuenta, nene". Y yo "pues ya está coño, pongo uno de deiz". "TRES CON CINCUENTA" Me vuelve a repetir. Y yo no entiendo nada. Entonces miro la pantalla y es que eran TRESCIENTOS CINCUENTA.
Saco el billete, corremos al andén y nos da tiempo a fumarnos un cigarro y empezar una cerveza.

Lo cierto es que yo en ese momento no estaba en mi mejor estado de ánimo a pesar de que me hacía muchísima ilusión reencontrarme con Bercode después de tanto tiempo sin vernos y además hacerlo en Moscú. Pero con el viajecito que había tenido y que no llevaba mi maleta conmigo (y, por ende, iba con lo puesto y no tenía mi neceser conmigo) pues imagínate. 
Nos subimos al tren. Una rusa casi nos mata porque Ber hacía ruiditos con la lata de cerveza vacía (PLEASE, STOP!!!) gritó la tía y nos dejó helados.

Entonces viene cuando Bercode me dice que seguramente ya habrán cerrado el Metro y tendremos que coger un taxi. "Pero ¿no dicen que coger un taxi en Moscú es peligroso?" - "Bueno, muy seguro no es. Pero ya verás como no nos pasa nada" - "Menos mal que  no llevo maleta, que sino sí que teníamos una pinta de guiris espantosa" - "Pues entonces mejor no hablamos en el taxi para que no vean que no sabemo ruso". 

Llegamos a la estación de Paveletskaya y vemos gente correr, así que suponemos que el metro aún está abierto. Y efectivamente, lo está. Vamos con tanta prisa (tenemos que hacer un transbordo) que no me da tiempo a ver bien la estación, que es todo de mármol y con mucha lámpara de araña y mucho símbolo comunista. Y militares. Militares everywhere.
Nos bajamos en Kmosmol'skaya y de ahí a Sokol'niki, donde está el hotel. 

EUROVISION!!
Salimos del metro y vamos a un súper a comprar algo de cena. Pan. Queso. Y Jamón Serrano Campofrío. Y unas patatas. Sabor caviar. Y agua.

Llegamos al hotel corriendo como locos, porque ya era más de la una y me estaba perdiendo Eurovisión. La habitación era un lujazo. Por un problema que tuvo Bercode con los del Holiday Inn le cambiaron a una suite junior en la que perfectamente podría vivir una familia de tres miembros (con sus respectivas parejas, sus dos hijos y sus mascotas). Encendí la tele, busqué el festival y pudimos ver las votaciones. 
Cuando se acabó el jamón ya fue cuando ganó Suecia, así que me di una ducha y no me cambié porque no tenía otra ropa que ponerme.
Cosas importantes sobre Eurovisión:
- Estaban como locos con las babushkis. Durante los días siguientes salían en todas partes.
- Sus comentaristas se indignaban cada vez que un país occidental votaba a sus vecinos igual que hacemos nostros cada vez que ellos se votan entre sí.
- Hicieron karaoke del Party for Everybody.

La postgala rusa de Eurovisión es igual de cutre que la nuestra.

El plan esa noche era salir a una discoteca gayer en la que, además, había fiesta eurovisiva. 
Pero Bercode me miró con cara de pena y me dijo que estaba muy cansado. Y lo cierto era que yo también. Y encima no tenía más ropa que la que llevaba puesta. 
Y al día siguiente íbamos a tener que volver al aeropuerto (unas dos horitas de viaje, ni más ni menos) a por la maleta. 
Así que nos fuimos a dormir, para descansar y, sobretodo, para quitarme el mal rollo de encima y poder disfrutar de todo como se merecía.

martes, 22 de mayo de 2012

Estar muy Maritruski Josachov

Tengo un dominio del ruso que ríete tú de Dima Bilan (o paloma).

Que sí, que estoy muy nervioso porque el sábado que viene me meto en un avión casi todo el puto día para irme ¡a Moscú! Porque yo lo valgo.

Que resulta que @Bercode está allí por motivos de trabajo y me dijo el otro día "oye zorri, te pago un avión y te vienes". Y p'allá que voy.

Pero claro, yo soy yo y todo tiene que ser un #DRAMA sin quererlo yo, así que imagínate la risa con el que si hazte el pasaporte, que si ahora sácate el visado, que si espérate que creo que esta fecha la he puesto mal, que si ahora tengo que esperar 20 días a que lo tengan preparado y rezar para que no se hayan equivocado y me dejen entrar al país, que si ya verás tú qué risa cuando vaya a Moscú (la cuarta ciudad más cara del mundo) con cuatro duros mal contaos...

Total, que como no voy a poder ir a las tierras de Egipto Putin a vivir una aventura por todo lo alto, me contentaré con beberme todo el vodka que encuentre, fumarme todo lo que pueda (a 1 euro el paquete de tabaco pues tú me dirás... estoy condiciones no de pedir... ¡estoy en condiciones de exigirlo!) y sobrevivir los cuatro días.
Lo más guay es que cumpliré los 29 años en plena Plaza Roja. Aunque me perderé Eurovisión, porque el avión llega justito justito para que me dé tiempo a salir del aeropuerto y llegar al hotel. Y luego ducharme, emborracharme (no necesariamente en ese orden, en realidad puede que lo haga a la vez aunque corra el riesgo de hacer un Carminuski) y salir por ahí.
Que me ha dicho @bercode que hay un sitio muy guay en el que sólo ponen canciones de Madonna y Britney durante toda la noche.
Eso sí, nada de mariconismos que en Moscú te despistas y te viene un ultra-ortodoxo a pegarte con un cd de las T.A.T.U.

Pero bueno, que yo confío en la bondad de los rusos porque Miss Melilla dijo que Rusia tenía una gente maravillosa. Y las Misses son muy sabias. Y muy resabidas también. Y guapas. Y reinas. Y bonitas, bonitas, bonitas.

En cualquier momento caso tampoco me voy a emocionar porque lo mismo voy mañana a la oficina que me tramita el visado y me dicen que esté tranquilo que no me pierdo Eurovisión porque me quedo en casa. Pero vamos, que no creo porque cobran por adelantado. ¡Qué listos son los rusos!

Tengo toda una lista de peticiones de gente que quiere que haga cosas en Moscú y las grabe. Que cuando aterrice me grabe cantando el Trolorolo por el aeropuerto moscovita, que me grabe bailando el Rasputin delante del Kremlin, que les traiga un Vladimir que cumpla todas sus fantasías...

Lo único que @Bercode y yo tenemos más o menos decidido (además de emborracharnos, evidentemente) es protagonizar un videoblog espectacular que va a arrasar en internet y nos llevará a hacer una gira por Soria Siberia.

Si hasta le hemos hecho un cartel. Porque somos los únicos gilipollas que se van de viaje y le hacen un póster.

Ya veréis, ya.


lunes, 7 de mayo de 2012

Vamos que nos vamos

Poca cosa que contaros últimamente, pero se hará lo que se pueda.

Como muchos ya sabéis el otro día volví a publicar sesiones. Como lo de HDB estaba siendo un poco lío (porque lo mismo te mezclaba una de house como una de rock, como una en plan chill-out como una de pop) pues he decidido aprovechar lo de Estoy Bailando ya hora las sesiones se llaman así. Y dentro de Esoty Bailando pues habrá tres tipos de sesiones: "White Gold" que serán en plan poppero, dance, electro, rock y todo eso; "HDB" que serán las de remixes y musicote guay de las de toda la vida; y las "Pause" que serán las Chill-Out.

Si os pasáis por Estoy Bailando y vais al apartado Sesiones Estoy Bailando encontraréis los links para escucharlas y descargarlas si os gustan.

Y siguiendo con Estoy Bailando, ahora colaborarán en la web Chico Tóxico y Tony Tornado. Aún estamos arreglando algunos temas legales y de representación, pero me alegra poder anunciarlo oficialmente. Me ha costado una millonada y no he podido conseguir la exclusividad, pero sus colaboraciones valen su peso en oro.

Otra cosa que sigue es la dieta. Últimamente me he estancado un poco. Y no será porque no me pego unos maratones al Dance Central (que van a poner el Spice Up Your Life! de las Spice Girls! ¡MARICÓN!) o al Fitness ese de Ubisoft que me deja destrozaíto. Ni porque no coja la bici muy de vez en cuando, que ya me sé todos los caminos posibles para un lado y para el otro.
Creo que es porque tengo menos hambre en general y como menos. Y al no obligarme a comer todo lo que debería comer según la dieta el cuerpo almacena comida y claro, no pierdo peso. Al menos tampoco lo gano. Así que a volver a lo que hacía antes: a comer lo que me toca y a hacer todo el ejercicio que pueda. 
Eso sí, notarse se nota. Ahora esos pantalones que antes a duras penas me entraban se me caen. Y ha sido un show descubrirlo mientras iba por la Avenida Roma yo todo feliz. Ese momento en que descubres que vas enseñando el culo y no puedes hacer nada por evitarlo...

Y otra cosa que pasa es que este mes cumplo los 29. Perdón, 25. 
Y me Bercode, que es el mejor amigo del mundo y no me ha dicho que lo grite a los cuatro vientos (qué va), me ha regalado un billete de ida y vuelta para ir a visitarle a Moscú. Y es muy guay. Porque me voy el finde de Eurovisión. Espero que no gane Rusia.
Total que me voy del 26 al 30. Y vaya show. Lo de sacarse el visado para entrar en el país es de traca: que si carta de invitación, que si seguro médico... y si no lo tienes pues no te preocupes, que pagando san Pedro canta. Menos mal que me ha salido por poquico, aunque voy con miedo porque Moscú es una de las ciudades más caras del mundo y no está mi economía demasiado boyante como para permitirme estas extravangazas. Básicamente es que mi economía es completamente inexistente. 
Así que, como regalo de cumpleaños de mi madre, pues me costeará los gastos del viaje.

Qué remedio, la pobre.

Total que me dan el visado el día 23 y yo tengo el vuelo el día 26 y estoy en estado de pánico porque me veo que iré a buscarlo y estará mal y empezará una de esas odiseas tan mías de hacerlo todo a última hora. Pero a Rusia entro aunque sea metido en una palé de espárragos Carretilla.

Y creo que como puesta al día pues ya está bien ¿no? Que tampoco te voy a contar toda mi vida ¡qué te has creído!