domingo, 18 de agosto de 2013

Estoy hablando de Estoy Bailando

Últimamente hablo mucho y con mucha gente de Estoy Bailando.

Y supongo que eso es bueno, claro.

Cuando decidí convertir este blog en una web a la que poder mirar a la cara no pensaba ni de lejos que podía llegar a ser lo que está siendo y lo que, si la cosa sigue así, puede llegar a ser en un futuro.

Que sí, que me da muchos dolores de cabeza y le dedico todas las horas del mundo y más. Que incluso cuando desconecto y me voy a tomar algo acabo hablando de la web y pensando en cosas que poder hacer en y con ella.

Ayer, por ejemplo, estaba por el centro de Barcelona y llamé a Atzur para que se acercara a tomar algo y charlar un rato. Mientras le esperaba fui a comprar lentillas, que se me acaban, y el chico que me las vendió resultó ser uno de los primeros #FollaOnFriday que tuvimos en la web. Yo no le dije nada; primero porque estaba trabajando y no era plan y segundo porque vete a saber si me reconoció o si se acuerda. Pero la risa me la estuve aguantando todo el rato. Nunca pagar 15 euros se me había hecho tan largo.

Luego con Atzur fuimos a dar una vuelta y me estuvo contando los dramas surgidos con los #FollaOnFriday que habíamos publicado ese mismo día. Que resulta que yo, que tengo un ojo clínico para estas cosas, metí a un chaval que es actor porno. Y Atzur, que tiene una forma de hacer las promos de la web que es un arma de doble filo, subió a Facebook un fotograma (censurado) de una de sus pelis haciendo un par de comentarios la mar de inocentones. Alguien vio el fotograma y etiquetó al otro actor, que acabó indignadísimo y denunciando la foto. Seguramente pensó que nos estábamos cachondeando de ellos (no) o le dio rabia que le diéramos más cancha al otro (seguramente ni se enteró de por dónde soplaba el viento). El caso que a Atzur le han bloqueado la cuenta una semana. A mí, por suerte, no.

Después de mucho pasear y esquivar circuiteras (Memorable el momento en que le digo "Joder, está Barcelona llena de tíos buenos" y él señala a tres maricas que pasaban por la otra acera y suelta: "Menos esas, que son las Spice Girls"; y nos pusimos a cantar -y bailar- lo de Stop! Right Now... Thank you very much) acabamos sentados en Plaça Universitat dándole vueltas a las cosas. Que si la entrevista con no sé quién la grabamos con el iPhone o con tu cámara, que si me tengo que vender más, que si a ver si sale lo que hablamos en la cena del otro día o si nos movemos para hacer algo complementario, que si por ahora aquello de Madrid está en pausa, que si la semana que viene al concierto de Verónica Romeo...
Y como Atzur se conoce a media Barcelona (porque media Barcelona es marica) acabaron apareciendo por allí unos amigos suyos, los que organizan la Rebujito Gay Party, que me echaron la bronca porque la fiesta salía muy abajo en la #MariAgenda. Yo les expliqué que no era un ránking, que estaban ordenados por fecha, pero la furia rebujitera se cernió sobre mí. (Bueno, no fue para tanto, que a mí me gusta mucho un drama).

En ese momento un taxi se para justo delante nuestro y uno de ellos dice: "Uy ¿ése no es Eliad?" y del taxi se baja Eliad Cohen; que tal y como sale viene directo a nosotros como si nos conociera de toda la vida. Saluda a Atzur, que se puso en plan belieber y empezó a intentar decir cosas con más o menos sentido mientras Eliad nos sonríe y se nos presentaba uno a uno ¡cómo si no supiéramos quién es! Atzur saldó su cuenta pendiente: se hizo la foto con él, aunque Eliad me pidió que la foto fuera en horizontal para que nadie viera los pantalones que llevaba.
Nos despedimos dejándole que se fuera a dormir que el pobre tenía una cara de sueño que no podía con su alma.

De ahí a casa de Atzur a cenar algo y luego al Moeem a tomar algo. A tomar algo él, yo no. Porque para el poco rato que iba a estar (estaba muy cansado, básicamente porque antes de quedar con él había pasado una tarde de lo más movidita -tú ya me entiendes-) no me salía a cuenta emborracharme. Allí nos encontramos con David, al que le explicamos el drama del chapero canario-sevillano; arrastrándole a una conversación de esas nuestras que le hizo perder unos 3 amigos por el camino. Vamos, que como estábamos dale que te pego sus amigos se cansaron y se fueron. Algunos a su casa, otros a fumar.

Yo esperé hasta que llegó la compañía de Atzur y me fui a mi puta casa, a darme una ducha y caer rendido en la cama; dándole vueltas a todo lo que habíamos hablado esa tarde y esa noche y a todas las cosas que aún faltan por hacer en Estoy Bailando.

Pero si eso ya las haré el lunes. Hoy me he sentado a ver películas una detrás de otra y mañana toca ir a la Krypton; que ya va siendo hora.