miércoles, 29 de febrero de 2012

Novedades, novedades

Cuando hace más de un año compré los dominios .es y .com de Estoy Bailando lo hice pensando en darle algo más de visibilidad al blog. No pretendo hacerme rico ni famoso con él, pero ya que te pones a compartir algo en internet siempre se agradece que lo lea el mayor número de personas posible.

Por aquel entonces yo no tenía ni tiempo de ganas de ponerme a investigar cómo hacer que todo funcionara como tenía que funcionar, así que un pequeño cambio en la plantilla del blog y el redireccionamiento del dominio hizo el apaño.

Desde no hace mucho que empecé a colaborar en ElCajónDesastre y me di cuenta de que trabajar con Wordpress era un poco más complicado que Blogger (tampoco demasiado, era más bien adaptarse) pero el resultado era bastante mejor. Así que pensé ¿y si me llevo el blog a Wordpress y puedo hacer (por fin) lo que siempre he querido hacer?

Es que verás, me cabreaba tener todo mezclado por aquí. Los posts personales, los de opinión, los posts sobre música, sobre cine, sobre cenas, series.... Que sí, que es parte de la gracia de un blog personal, pero al final es un poco follón todo.

Así que me lié la manta a la cabeza y me puse a investigar, a mover, a probar, a pagar el hosting que me hacía falta y ¡voilà!

El nuevo Estoy Bailando es una realidad.

Por ahora es sencillito, tiene contenido cero y sí, pierde la esencia del blog personal. Pero esto va a seguir siempre aquí (enlazado en el menú superior de la web) y a partir de ahora será sólo para los posts personales sobre las cosas que me pasen y las historias absurdas que vaya viviendo. ¿O es que ya nadie se acuerda de las tonterías que solían pasarme antes?

Y en la web principal encontraréis los posts sobre música, cine, series, noticias gays y lo que entre por allí. ¿Que ya hay cientos de webs sobre lo mismo? Pues sí, pero esto tiene más gracia porque lo escribo yo.

Hala.

martes, 14 de febrero de 2012

La crisis con Whitney es mejor crisis

Ha sido la noticia de la semana. Y a pesar de su importancia para la cultura de nuestros tiempos se va a quedar en eso, en noticia de la semana. Porque la semana que viene aparecerá otra noticia que la eclipsará de forma fulminante.
Whitney Houston murió a los 48 años en un hotel, ahogada en una bañera.

Como era de esperar, los timelines de Twitter y los muros de Facebooks, Tuentis y demás redes sociales se llenaron el pasado domingo de vídeos y más vídeos con actuaciones de la cantante. El mío, por supuesto, no fue una excepción.

Porque Whitney siempre ha sido una de mis cantantes favoritas y porque, a pesar de todo, yo aún tenía la pequeñísima esperanza de que consiguiera hacer un comeback en condiciones.

Me pasó algo curioso. Resulta que a pesar de saberme casi todas sus canciones y de haber crecido (musical y físicamente) con ella, mi Last.FM estaba huérfano de  Whitney. Así que me puse a favoritear todas las canciones que iban sonando y que siempre han sido de mis favoritas aunque llegaran tarde a esa red musical.
En uno de los estados, vídeos, fotos o comentarios sobre Whitney alguien comentaba lo de "sólo os acordáis de ella ahora que se ha muerto". Y no es que me sentara mal, porque ya se sabe que cuando pasa algo así siempre hay una marica amargada que se queja por todo, pero me pareció injusto. Injusto porque todos teníamos derecho, nos gustara su último disco o no (a mí me gustó), conociéramos más canciones que las de El Guardaespaldas o no, a compartir nuestra fascinación y respeto por una de las mejores voces de la historia de la música. La cosa se saldó con la susodicha marica mala colgándome "una medallita" por ser tan buen fan. No le di importancia. Probablemente el día que se muera Lady Gaga esa marica se rasgue las vestiduras y dé el coñazo proclamando la muerte del pop a los cuatro vientos.

Y no fue la única que se quejó. Hubo mucha gente diciendo que si nos habíamos vuelto monotemáticos, que si qué pesados todos, que si todos sabíamos que Whtiney iba a acabar así. Y un par de días después aún se leen cosas del tipo "¿Qué? ¿Ya nadie pone vídeos de Whitney?".

Demagogia barata, la verdad; porque es totalmente lógico que cuando un artista que ha marcado de una forma u otra la vida de cierto número de personas muere, sus seguidores le muestren cierto aprecio y homenaje. Contenido, eso sí. No se acaba el mundo ni va a cambiar de forma sustancial nuestro día a día.

Lo más gracioso, eso sí, fue que más de uno soltaba lo de:
"Todos llorando por la muerte de Whitney, pero nadie se queja por la reforma laboral".

Ahí, mezclando churras con merinas. La muerte de Whitney no deja de ser un desafortunado incidente que no transciende más allá de la esfera musical y creo que la importancia que se le dio fue la que se le debía dar. Ni más ni menos.
Y sí, lo reconozco. Puse varios vídeos de Whitney pero no he puesto ni un sólo link sobre noticias relacionadas con la actualidad política o económica. Es cierto que yo en mis timelines o en mis muros no suelo ser demasiado político; pero eso no significa que no me importe, no me interese o no me queje.
Eso sólo significa que, igual que cuando vas de cena y te juntas con desconocidos, la religión y la política se vuelven temas tabú porque siempre terminan en un Puertohurraco.

El otro día, sin ir más lejos, comentaba con un compañero de trabajo la reforma laboral y al decirle "bueno, eso es lo que la gente quería: que disfruten lo votado" me soltó un "qué rabia me dais los sociatas, que siempre estáis con las mismas". Yo no entendí nada. Evidentemente esa reforma laboral la habría acabado firmando cualquiera de los dos partidos (con más o menos diferencias, pero jodidos estaríamos igual), pero yo me refería a que al votar (mal, porque en este país no se sabe votar) de forma masiva a un partido político o a otro y no plantearte otras opciones que pueden dar más variedad al parlamento y hacer que se oigan más voces sociales se consigue precisamente una situación como ésta: la indefensión ante un recorte de derechos ante la que sólo te queda el derecho a rabieta (que no a huelga) a la que te contestarán con un "ey, no te preocupes, has ejercido tu derecho a voto -que es el único que nos importa- y lo hacemos por ti". Independientemente de que el partido político de turno acabe haciendo lo contrario a lo que ponía en su programa (si es que lo tenían).
Es como cuando le dices a un chaval que no puede hacer algo y le sueltas lo de "cuando seas mayor lo entenderás".

Pero a lo que íbamos. Que yo muestre mi pena por la muerte de una cantante no implica que me importen tres pimientos los recortes en sanidad.

Lo gracioso es que, imagino que por pura desconexión con otros timelines o muros, muchos de esos indignados por las muestras de afecto hacia Whitney no han dicho nada de la ira nacional desatada contra Francia por la parodia del dopaje de Nadal. Me consta que en España se ha hablado mucho más sobre el pobre Rafa Nadal y el guiñol que le parodiaba dopándose que de la muerte de Whitney, la reforma laboral, los recortes sociales y las revueltas árabes juntas.
Es un tema que no sólo se ha ido de madre (con camiones cargados con pantallas dando vueltas a la embajada francesa mostrando twitts de españoles explicando por qué ganan los deportistas españoles) sino que se ha tornado en asunto político y los ministros de exteriores y cultura y deporte ya han tomado cartas en el asunto.

¡Cuidao! Que nos han tocado el orgullo patrio. Tenemos casi seis millones de parados, una fractura social que no se repara desde el franquismo, jueces juzgados y condenados y corruptos libres llenándose la boca hablando de justicia y de "triunfo del Estado de Derecho". Pero nuestros ministros creen que es necesario ir a Francia y decirles "oye, que os habéis pasado, no vale que os metáis con nuestros deportistas". Y reformar la ley del aborto. Y proteger los toros. Y no tocar a la Iglesia, que eso no crea empleo. Nos vacía las arcas del Estado y nos impide avanzar como sociedad, cerramos hospitales para mantener a obispos y sucedáneos; pero ¡no crea empleo!

El caso es que ser responsable socialmente no implica ser un ser insensible ante la muerte de una figura cultural, y más cuando probablemente esa figura pública ha hecho más por tu vida que cualquier político de tres al cuarto (aunque sólo sea porque un político no te ha hecho bailar como un descosido toda la noche para olvidar tus penas).

Y no me llames exagerado, que te veo venir. Piénsalo y verás que tengo toda la razón del mundo.

Lo cual no significa que eso esté bien. Se supone que los artistas han de entretenernos, inspirarnos. Y los políticos nos han de hacer la vida más fácil.
Y sin embargo, es al revés. Los artistas (o deportistas) acaban siendo los referentes sociales mientras los políticos sí que nos inspiran sí: ganas de matar.

Total, a lo que iba. El por qué de este post. Que me resulta igual de lícito publicar un vídeo de Whitney que uno de Rafa Nadal. Me parece igual de respetable poner en tu estado que estás triste por la muerte de una cantante que enfadado por una broma francesa.
Pero vamos a poner cada cosa en su sitio y vamos a tener un sitio para cada cosa.
Que Whitney la haya palmado no va a paralizar el país. Que un francés decida meterse con un deportista español, por desgracia, sí.

Así que la próxima vez que vayas a quejarte por lo monotemáticos que se han vuelto tus contactos en Facebook espero que luego hagas lo mismo cuando toda la sociedad pierda el norte por un evento deportivo. Y si no lo haces, entenderé que lo único que querías era sacar la cabeza entre la multitud y destacar un poco; aunque fuera a costa de minar tu propia inteligencia y hacer tu poquito de demagogia.

Otro día, si eso, os cuento cómo demostraría yo mi descontento con la sociedad y con el sistema político y económico actual. Qué es lo que creo que, como individuos, deberíamos hacer para parar toda esta vergüenza nacional (e internacional) y conseguir que dejen de reírse de nosotros.
Si os interesa, os pongo deberes: aprender de los griegos, comprad una pistola, munición y algunos explosivos.

Mientras tanto, mientras no seamos conscientes de las soluciones o no podamos acceder a ella para solucionar lo que realmente debería importarnos porque es lo que realmente nos afecta; como lo poquito que nos queda es vivir nuestras vidas lo mejor que podamos (o que nos dejen) yo digo:

Descansa en paz, Whitney Houston.