miércoles, 20 de abril de 2011

Casa de Bitch

Muchos de vosotros ya lo sabéis y otros no, pero me he vuelto a mudar. Si sumo todas las mudanzas que he hecho en mi vida esta es la cuarta que hago y ESPERO sea la definitiva, o que al menos dure muchos años.

¿Y por qué me he mudado?

Porque he podido hacer algo que llevaba muchos años queriendo hacer y no había manera: irme a vivir solo. Que compartir piso está bien para algunas cosas pero para otras es un corte de rollo total.

Así que aunque aún no está oficialmente inaugurada, la Casa de Bitch está ya en proceso de convertirse en centro neurálgico de la vida social de Barcelona y alrededores (porque me he ido tan a la otra punta que casi me salgo). Pero estoy bien comunicado así que el hecho de vivir casi donde Cristo perdió la alpargata no será un problema.

Por ahora no os voy a contar mucho porque ya haré un reportaje fotográfico a su debido tiempo (lo estoy negociando con Lydia Lozano, que se ofrece a hacerme un reportaje para el "¡Hola!" en plan "Hidroboy nos recibe en su nueva casa", pero no me convence el enfoque editorial), pero sí os puedo decir que el piso es lo suficientemente grande como para vivir tranquilamente y lo suficientemente pequeño para no volverme loco yendo y viniendo del ala este al ala oeste hablando con mi mayordomo imaginario mientras me lamento por el lamentable estado en el que están quedando mis tapices dieciochescos por la falta de cuidados. Muy Grey Gardens todo.
Tiene dos habitaciones (una que hará de dormitorio y otra que hará de vestidor/biblioteca/videoteca/cuarto oscuro), un salón monísimo pintado con el mejor gusto del mundo, baño del año de la Polca (pero como yo no soy Paranoika Propecia y no me paso el día encerrado en los wàteres pues tampoco pasa nada), cocina reformada y, la joya de la corona, una terraza en la que ponerme moreno y hacer cenitas veraniegas que va a ser la envidia de todos mis amigos y, sobretodo, de mis enemigos. Además parte de esa terraza está cubierta y tener el ordenador en este cuartito con vistas es un lujo.
¿Os he dicho que es un ático con vistas a la Barcelona marítima? ¿No? Pues ya lo sabéis.

Y además tengo aquí al ladito un centro comercial, unos cines, unos parques monísimos por los que no para de correr gente (ya he hablado con alguna amiga para organizar una sesión de "Puntúa al corredor más buenorro mientras te fumas un cigarro y comes pipas"), una piscina municipal, el metro y un Corte Inglés. Con lo que me gusta a mí un Corte Inglés.

Así que con mi Guillain-Barré ya casi desaparecido y con más ganas de beberme una botella de Vodka que Sue Ellen en pleno ataque de ansiedad, os dejo que tengo que ir a deshacer cajas. Como me dijo mi ex (LCGQBQBDH) el otro día que le dio por llamarme: "Habrás hecho dos mudanzas ¿no? Una para las películas y otra para todo lo demás".

Pues sí.

Empiezo una nueva etapa con las piernas flojas y los dedos dormidos sí, pero con las pilas cargadas, con ganas de volver a la actividad habitual y de comerme todas las pollas que se me pongan por delante  el mundo.

2 comentarios:

  1. La foto que pusiste de la terraza me impactó. Peazo vistas. Enhorabuena por el cambio. ;)

    ResponderEliminar
  2. Hetero con ganas de probar algo nuevo21 de abril de 2011, 9:07

    Enhorabuena por el cambio de vivienda y por irte a vivir solo, lo vas a disfrutar cosa mala. Ya pondras fotos...

    ResponderEliminar

Dime lo que piensas y te diré lo poco que me importa.