Maricas de manual

Un hombre italiano que tiene un sobrino paleto que vive en Berga y un novio musculoca que es más loca que muscu. Una abogada especializada en casos de maltrato que se lleva a casa a una Argentina que llora en un restaurante. Un osito que vive con la abogada y que siempre va con la cocaína preparada y hace pruebas del VIH y un chico gay con padres chapados a la antigua que va a hacérsela y da negativo pero todo le da igual porque va a la Pompeu Fabra y no sabe quién es Ronald Reagan.

Eso es "Gayxample", la nueva serie online que se estrenó hace como un mes o así y que pretende aportar un punto de vista realista, moderno y cosmopolita a todo esto de las series gays por internet.

Juro que no son todos negros, que en la web esta imagen tenía sus caritas y sus brazos y sus ropas y sus todo.

El referente claro es "Lo Que Surja" que aunque ya ni me acuerdo de si acabó o no, y tenía todos los fallos que una serie online puede tener, resultaba divertida y fresca.

Diversión y frescura que "Gayxample" no tiene; porque en su intento de ser taaaan realista y taaaan moderna deja de un lado la vertiente cómica y se tira a por el drama de telenovela que en más de una ocasión roza el ridículo (aunque sólo sea porque realmente nos da igual lo que le pase a los personajes).

Personajes que son estereotipos con patas y que además lo único que hacen es explicar una y otra vez al público todo lo que se supone conforma el mundo gay, convirtiendo la serie más en un manual sobre cómo ser gay y no morir en el intento que en un compendio de historias que pueden ser más o menos interesantes.

A eso súmale unos guiones forzadísimos y unos actores amateurs que no ayudan a que el texto, que parece sacado del prospecto de la caja del Espidifen, suene natural. Tópicos, frases forzadas, explicaciones innecesarias... Cierto es que los diálogos de "Lo Que Surja" no eran tampoco nada del otro mundo y muchas veces parecía que los estaban leyendo en cartelas gigantes a lo Carmen Sevilla.

Pero después de ver cosas como "Con pelos en la lengua", con actores la mar de solventes, con guiones divertidos y con diálogos naturales y bien planteados pues como que cuesta un poco tragar con según qué cosas. Y nunca mejor dicho.

No todo es malo, cierto es. Se ven culos. Pero yo personalmente echo de menos un poco más de risas y menos situaciones supuestamente serias y preocupantes. Es difícil empatizar con alguno de los personajes y no digamos ya implicarse y sufrir como Geno con las cosas que les pasen; en realidad llega un punto en el que deseas que les pasen cosas malas.

En fin, que los capítulos son cortos y que podéis verlos sin sentiros culpables. Probablemente no mantengáis el interés más allá del capítulo dos o tres, pero como llevan cuatro tampoco es tan grave.

Una pena, porque la factura técnica está la mar de bien (salvo por detallitos que no acaban de funcionar) y se nota que hay ganas de hacer algo bueno e interesante. Pero el conjunto resulta demasiado forzado y frío, todo muy esquemático y preparado; sin gracia, sin garbo y con demasiadas ganas de hacer algo "serio" cuando precisamente si hay algo que el mundo gay no es es eso: "serio".