Últimamente escribo mucho.
Será que me lo estoy tomando en serio. La escritura y a mí mismo. Cuidado, que soy muy consciente de que yo escribo lo que escribo y cómo lo escribo, pero con eso ya tengo bastante. No me hace falta escribir un micro-relato que haga aflorar tus sentimientos y te estremezca, te haga llorar y te cambie la vida.
Yo con que sueltes una risa ya tengo bastante. En realidad con que no te duermas tengo bastante.
Será, tal vez, que cada día tengo más claro que mi futuro pasa por escribir. Cuando empecé a buscar gente para que se apuntara al carro de Estoy Bailando les dije cuál era la intención de la web. No vamos a ofrecer nada que no te hayan ofrecido otros ya. Y no vamos a tener contenidos exclusivos más allá de nuestras propias opiniones. Así que vamos a centrarnos en eso: en opinar. En dar lo único que (por ahora) podemos dar que no te va a dar nadie más.
Pues a mí me pasa algo parecido. Cada día tengo más claro qué es lo que se me da bien, lo que me gusta hacer y lo que puedo ofrecer a los demás. Así que ¿por qué perder el tiempo pensando en qué voy a hacer con mi vida si YA SÉ lo que es? Otra cosa es que sea fácil o que me sirva para poder vivir. Pero eso, estoy seguro, ya vendrá. Es, como diría cualquier libro de autoayuda barato, una cuestión de constancia y de esfuerzo.
Tampoco es que tengas que ponerte a sudar como si estuvieras corriendo una maratón, pero a veces cuesta no distraerse con tonterías en vez de sentarte y escribir algo.
Y ya te digo que últimamente escribo mucho. Artículos, críticas, opiniones, capítulos de mi novela. Incluso he escrito un mail que no sé si mandaré. Porque no sé si la persona a la que va dirigido quiere leerlo, que además ya sabe lo que pone. Creo que sí quiere leerlo, porque parece que sí quiere leerlo. Pero como soy experto en montarme películas y ver bacterias intenciones donde no las hay prefiero actuar con cautela. A mí el simple hecho de escribirlo y tenerlo ahí en la carpeta de "Borradores" ya me hace sentir bien.
Los mails, como la fama, cuestan. Y hay que ganárselos.
Una de las cosas buenas de ponerte a escribir es que se activan las ganas de leer. Ayer me leí, casi de un tirón y sin darme cuenta, la novela de Jorge Javier Vázquez.
Normalita. Muy entretenida, bien explicada. Me pareció un bonito prólogo para una historia que no empieza nunca. O a lo mejor sí que empieza y se desarrolla y acaba. Pero se me pasó tan rápido que ni me enteré. En realidad soy incapaz de decirte de qué va el libro, porque todo me pareció un preámbulo para algo que no llega.
Pero no me emocionó demasiado, sólo me arrancó una carcajada y un par de sonrisas cómplices.
Lo que sí consiguió fue hacerme sentir identificado. Como supongo que le pasará al 90% de los gays que la lean, porque al fin y al cabo la historia que cuenta es la historia que (en mayor o menor medida) todos hemos vivido.
Al toparme de golpe con el epílogo ("Coño, si ahora venía lo interesante ¡y ya se ha acabado!") me di cuenta de lo poco valorados que están ese tipo de libros. Nos da la sensación de que una novela ha de marcar nuestras vidas, ha de removernos por dentro, ha de marcar un antes y un después en la historia de la humanidad. Seguramente por esa percepción tan pedante que hay sobre la literatura que no hay sobre otros medios artísticos como el cine o la música. Cuando, al fin y al cabo, son exactamente lo mismo: contar historias. Cambia la forma, pero no el contenido.
Por eso hoy me he levantado (espectacularmente tarde) convencido de que mi novela es una mierda, pero es una mierda divertida. Y me muero de ganas de terminarla para que la leáis. Los cuatro gatos que la vais a leer, eso sí. Pero quiero que paséis un buen rato leyéndola. Y con eso ya me conformo.
Y con que no os durmáis.
Yo quiero eh????
ResponderEliminarQuerido Hidroboy, si realmente no entendiste una mierda, bueno te comento que este video de Sam Smith lalala fue filmado en mi país Bolivia donde hay una trágica realidad acerca de los mieneros de Potosí, el viaje del niño se refiere exactamente al viaje de Dorothy del Mago de Oz hacia la tierra de Oz, en este caso el viaje lo hacen recorriendo los andes Bolivianos para ver al tio (que es una representación del diablo, que es una creencia andina de los mineros que dice que todo es dual porque eso hace el equilibrio en la vida y si hay bien, entonces hay mal entonces ellos antes de adentrarse en la mina si bien rezan a Cristo Católico, hacen ofrendas al tio o diablo para sentir que esa dualidad esta en equilibrio y que no les pasará nada malo en su día a día) entonces de eso trata este video y fue filmado en La Paz Bolivia, tanto en su área más adinerada como en la más pobre y ésta historia se asemeja bastante a la realidad de muchos niños abandonados que son maltratados.
ResponderEliminarEspero haber ayudado a tu duda.
Saludos
Mariela C.