sábado, 31 de diciembre de 2011

Ya me gustaría

Desde que he vuelto a trabajar de cara al público (como si alguna vez lo hubiera dejado, seré imbécil) he retomado la sana costumbre (al menos para mí) de juzgar a todo el mundo. 
Bueno, a todo el que me importa una mierda (o menos).

Hablaba una vez con La Mari de que mira, dejémonos de tonterías, aunque no vayamos de sobrados por la vida está claro que algunos somos mejores que otros. ¿Es feo decirlo? Pues sí. Mucho. Pero es lo que hay. 

No es que yo haya descubierto la cura para una enfermedad. No es que haya inventado la electricidad ni dividido el átomo. Pero está claro que los que han hecho esas cosas son mejores seres humanos que los demás. Porque pueden ser unos hijos de la gran puta en lo personal, pero ¿a quién coño le importa eso si han aportado algo a la vida de todos los demás, aunque les importemos absolutamente nada?
Así que yo, que como mínimo sé escribir sin faltas de ortografía -al menos ninguna sangrante tipo usar los infinitivos en vez de los PUTOS IMPERATIVOS-, pues seré mejor que alguien ¿qué no?

Pero si de algo me he dado cuenta este año es de que hay personas mejores que otras. Y no me refiero a que haya buenas o malas personas, sino a que algunas valen más que otras. Cuando me tocó estar en la mesa electoral fue el propio interventor de CiU el que me dijo "la gente en este país no sabe votar: en vez de votar lo que realmente se ajusta a sus valores castigan al que está en el poder. Ahora gana el PP pero ya verás como luego nadie reconocerá que les ha votado".

Y tenía toda la razón del mundo porque la gente es idiota.

Por eso le decía a La Mari lo de que mira, que le den por culo a los demás y a la corrección política: ella y yo (y muchos otros que conocemos y algunos que desconocemos) somos mejores que muchos otros que conocemos y algunos que desconocemos.

Hoy veía las noticias y salía no sé qué gilipollez de gente celebrando el año nuevo en la Puerta del Sol el día 30 a las 00:00 de la noche. No es el hecho de que hagan semejante tontería, porque bueno mira, al menos se lo pasaron mejor que yo que a esa hora ya estaba rendido en la cama después de haber trabajado todo el puto día. Un puto día entero aguantando desde la persona más amable que te trata con el respeto que mereces como a los hijos de la gran puta que creen que por estar trabajando en una tienda de ocio eres un mindundi que no sabe nada de la vida: un matao que no merece que yo, que probablemente hice un módulo de contabilidad y estoy fijo en una empresa de vete a saber qué cobrando dos veces más que tú y comprando regalitos para mis dos niños (que tuve con una mujer florero), le trate con respeto. Porque yo soy un hombre hecho y derecho y sé lo que es la vida. Me siento realizado. Pago mi hipoteca y mi nivel de cultura general se reduce a saber en qué posición juega Messi y a acertar las tres primeras preguntas de "Atrapa un millón".
Ya ves tú, qué logro.
Un puto día entero en el que es raro no encontrarte con alguien que te mira por encima del hombro y al que no le invitas a comerte la polla porque mira, tienes facturas que pagar.

Total, lo de la Puerta del Sol. Que el problema no era que la gente estuviera ahí celebrando la nada más absoluta, sino que cada vez que la cámara hacía un barrido sobre la multitud, ésta se lanzaba a agitar las manos y a poner caras y a emocionarse porque ¡mira mamá, salgo en la tele! Bueno, problema no.
Pero entonces me he puesto a pensar en que ya me gustaría a mí ser así de simple y así de feliz. Feliz por ser simple, no porque me considere infeliz.
Que cualquier tontería me hiciera sentir realizado, y no estar constantemente preguntándome por dónde coño exprimir aún más la vida para no sentir que pierdo el tiempo con gilipolleces.
¿Sabes lo tranquilo que se debe vivir en ese plan?

Pero mira, no. No soy así. Será porque, como le dije aquel día a La Mari, nosotros pasamos de la mayoría de las cosas que la sociedad o quién coño sea considera "importantes" o "normales". Porque a mí la idea de tener una familia a los 20 y tantos me provoca urticaria, porque prefiero seguir aprendiendo cosas cada día que contentarme con lo que ya sé. Porque tener una pareja, un hijo, un trabajo fijo y una casa en la ciudad y otra en el campo donde dejar pudrir mi cerebro no me hace sentir feliz.
Ya me gustaría que fuera así, pero no. 

Será porque, como le decía a La Mari -o me decía ella a mí, no sé-, algunos vemos el mundo con una constante capa de ironía que hace que muchas veces la gente se cabree con nosotros porque no entiende nuestras bromas y piensa que vamos de guays. Será porque me irrita que la gente carezca de sentido crítico para ver las cosas desde el punto de vista de los demás. 
O será porque, como suelen decirme más veces de las que creo que merezco, soy muy inteligente.

Y habrá quien diga lo de "pero eso no te hace mejor, te hace diferente".

Los cojones.
A mí lo del kumbayá señor, kumbayá se me pasó hace tiempo. Hay formas de vivir la vida que, por muy respetables que sean, son un desperdicio. (Y aprovecho esto para decir que pasarte la vida perdiéndote las pocas cosas buenas que tiene por miedo a un ser Todopoderoso que seguramente no exista a pesar de que lleves toda tu vida autoconvenciéndote de que sí me parece la mayor soplapollez del universo conocido y por conocer).

Bueno, tampoco quiero liarme porque acabaré diciendo aún más burradas. Pero me apetecía compartir ese pensamiento. 
Ese "ya me gustaría" a mí ser tan simple.

Pero mira, no lo soy. Y entonces me doy cuenta de que prefiero pasarme toda la Navidad escuchando a Marilyn Manson que fingiendo estar contento. Y precisamente eso, el darme cuenta de que yo no soy así (ni lo quiero ni lo voy a ser) me hace sentir espectacularmente feliz y relizado.

Y más después de un año como éste. Chico, yo no sé qué he hecho mal pero mírame: que mi plan de Nochevieja es jugar al Deus Ex de la Xbox hasta que me pueda el sueño; cosa que seguramente ocurra a las 23:30.
Algo deberé estar haciendo muy mal cuando ahora cuento los compromisos sociales con los dedos de la mano de un tiranosaurio. O no, vete a saber.
Tal vez sea mejor así.
Porque al final ¿qué sentido tiene invertir tiempo y esfuerzo en gente que a la menor chorrada acaban haciéndote el vacío social como en una mala canción de Chico y Chica?
2011, el año de la muerte definitiva de mi vida social. ¿Será culpa mía? ¿No lo será? ¿El infierno son los demás? Pues mira sí. 

Así que a todos los que estáis leyendo esto y os queréis dar por aludidos os diré una cosa: en 2012 cumplo 29 años y no tengo el coño pa' fiestas de instituto. Hace mucho que los sandwiches de foie-gras y la fantanaranja con ganchitos se me atraganta. Ahora ponme un vodka y dame un cigarro y déjate de chorradas. Que ya me gustaría a mí poder mirar a la vida a la cara y decir "siempre de frente, alegría, alegría (y reina! y reina! y bonita! y bonita!). Pero me TOCA EL COÑO hacerlo. Y no te puedes imaginar cuánto. Así que: que os den.

Amargado, nivel experto. Y aún así más contento que todas las cosas.

A todos los demás, disfrutad de la noche, pasadlo bien y espero que tengáis un buen año. Espero poder veros a algunos más de lo que he podido veros este año porque para mí ha sido un año DE MIERDA MÁXIMA.

Sea como sea, y como no podía ser de otra manera, tengo muy claro que este año que viene va a ser la apoteósis de la bipolaridad en Estoy Bailando. Y quien dice Estoy Bailando dice mi vida en general porque la cosa va a estar entre las dos canciones que os pongo ahora.


(A todo esto, imagino que no hace falta que, a los que os quiero de verdad, os quiero de verdad. A  pesar de vuestros defectos y mis virtudes.)

A TOMAR POR CULO LA BICICLETA





3 comentarios:

  1. A Vd. lo que le hace falta es un maromo de escándalo.... ya verá como se le van las tonterías en dos días. Si da con él, sea caritativo y compártalo.

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  2. ¿Qué tonterías?
    Maromos no, gracias; debes dejarlos crecer.

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  3. Joder, toda la razón... cuando escribes, es como si me escribieras a mi. Se que decías en una entrada que eras consciente de tus limitaciones a la hora de escribir. Pues yo creo que te vez más limitado de lo que estás, porque conozco gente que se cree escritora y no sabe transmitir ni la mitad de lo que trasmites tu entre tonteria y capullez. Parece que no, pero eres bueno con esto, tienes un talento y un "aura" que es la leche. En serio. Leer cosas así me hace pensar en toda la gente genial que nunca conocere... No sé, es raro. Gracias.

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